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¡Nunca más un 2 de octubre!

Este domingo se cumplen 54 años de la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968, crimen de lesa humanidad que nunca prescribe

Este domingo se cumplen 54 años de la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968, crimen de lesa humanidad que nunca prescribe y que el pueblo de México no olvida, ni tampoco perdona.

Para conmemorar a los mártires estudiantiles asesinados por el gobierno autoritario y represor, los contingentes del Partido del Trabajo y del Frente Popular ´Tierra y Libertad´ volveremos a concentrarnos en la Plaza Colegio Civil y como cada año arrancar desde ahí la marcha luctuosa hacia la Explanada de los Héroes de la Gran Plaza.

El 2 de octubre no se olvida por ser un crimen impune de las fuerzas militares y policiacas del Estado Mexicano, responsables de brindar seguridad a los jóvenes universitarios que se movilizaron por sentir la necesidad de luchar por un cambio en México, uno más justo, igualitario, libertario, democrático y en paz.

La mayoría de los jóvenes estaban imbuidos en la lucha por el derecho a la educación superior y por tener posibilidades y oportunidades de acceso a una Universidad popular, autónoma, crítica y abierta al debate de las ideas.

En lugar de protección y seguridad lo que recibieron miles de estudiantes que realizaban un mitin de protesta pacífica en la Plaza de Tlatelolco de la Ciudad de México, fueron balas mortales y una cruenta represión ordenada por gobernantes que resultaron sanguinarios asesinos.

No podemos ni debemos dejar de exigir justicia contra quienes ocupaban los cargos públicos de más alto nivel en los tres poderes del Estado. Son los autores intelectuales y materiales, ya sea por acción o por omisión, de las matanzas del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971, así como por desatar la llamada «guerra sucia» contra la juventud mexicana.

Guerra sucia que costó miles de muertes, desapariciones, secuestros, torturas, encarcelamientos, golpes y amenazas contra jóvenes por el hecho de ser jóvenes, debido a que el presidente Gustavo Díaz Ordaz pergeñó la idea de que la rebeldía juvenil era parte de una «conjura comunista internacional».

Las décadas de los ´60 y ´70 fueron tiempos del presidencialismo, del partido hegemónico y del nacionalismo revolucionario, cuyos postulados fueron arrojaron al basurero de la historia por gobiernos entreguistas a los intereses norteamericanos y protectores de los grandes capitalistas.

Someterse a Estados Unidos implicó restringir las libertades políticas y condenar al pueblo a la miseria, siendo la causa del surgimiento de grupos de jóvenes revolucionarios, que se levantaron en armas mediante movimientos guerrilleros, pero que en realidad eran acciones de autodefensa armada contra el gobierno represor, para decir ¡ya basta!

En aquel entonces el gobierno se ufanó de acabar con los cabecillas del terrorismo y de la sedición, cuando en realidad eran mujeres y hombres con ideales y convicciones de cambio, a quienes hoy rendimos tributo como héroes y mártires en la lucha por la transformación de México.

Convocamos a la ciudadanía a mantener viva la esperanza por la justicia y la solidaridad fraterna con familiares, compañeros y amigos de los caídos, cuyo dolor solamente sirvió a los gobiernos del pasado para utilizarlo en actos de demagogia y de más injusticia.

Quienes somos padres y madres, así como los jóvenes conscientes, debemos seguir en los zapatos de quienes desde hace 54 años caminan con la carga a cuestas de la muerte o la desaparición de sus hijos e hijas, y han vivido su vida con esa tortura que nadie merece.

La represión armada y la desaparición forzada ordenada a los mandos militares y jefes policiacos son delitos de lesa humanidad, crímenes que no prescriben nunca. Por tal motivo, la lucha sigue y seguirá hasta que se conozca la verdad en su totalidad y aunque la verdad duela.

La lucha sigue y seguirá hasta que sean castigados los autores de este monstruoso crimen en contra de la patria y cerremos la herida abierta que sangra e indigna, cuando ex presidentes como Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez murieron sin fincarles responsabilidad penal alguna.

¡Nunca más un 2 de octubre! Ningún gobierno debe volver a utilizar las fuerzas armadas para oprimir al pueblo o reprimir la rebeldía de su juventud.

« Lupita Rodríguez Martínez »