Simone Biles, llamada a ser una de las grandes figuras de los Juegos Olímpicos de Tokio, lo está siendo debido a su renuncia a disputar las finales por equipos e individual y a su visibilización de los problemas mentales que sufre. La gimnasta estadounidense, que habló de esos problemas que le impidieron seguir compitiendo con sus compañeras de equipo, ha reaccionado en sus redes sociales al cariño recibido.
«La oleada de amor y apoyo que he recibido me ha hecho darme cuenta de que soy más que mis logros y mi gimnasia, algo que nunca antes había creído», ha escribir Biles en su perfil de Twitter, un mensaje que también ha querido compartir en Instagram.
La estadounidense, de 24 años y cuatro oros Olímpicos en Río, se retiró durante la prueba por equipos, en la que su selección acabó con la medalla de plata solo superada por Rusia, tras el primer aparato. Tampoco tomo parte de la prueba individual. “Tengo demasiado demonios en la cabeza”, dijo una vez concluida la competición colectiva. “Simplemente no confío en mí tanto como antes. No sé si es la edad. Estoy un poco más nerviosa cuando hago gimnasia. Siento que tampoco me estoy divirtiendo tanto y que lo hago por otras personas”.