Las vacunas contra el COVID de empresas como Pfizer, Moderna y AstraZeneca han sido asociadas a casos poco comunes de trastornos cardiacos, cerebrales y sanguíneos, según un informe dado a conocer este lunes por The New York Post.
Investigadores de la Red Global de Datos de Vacunas analizaron a 99 millones de personas que recibieron las vacunas en ocho países, monitoreando aumentos en 13 condiciones médicas, según informó Bloomberg News.
El estudio, publicado la semana pasada en la revista Vaccine, señaló que las vacunas estaban relacionadas con un leve incremento en condiciones médicas vinculadas al corazón, el sistema nervioso y la sangre.
Se identifican casos raros
Se identificaron raros casos de miocarditis, inflamación del músculo cardiaco, en las dosis iniciales y posteriores de las vacunas de ARNm de Pfizer-BioNTech y Moderna.
Otra condición cardiaca, la pericarditis, inflamación del músculo cardiaco, presentó un riesgo aumentado de 6.9 veces en aquellos que recibieron una tercera dosis de la vacuna de vector viral de AstraZeneca, según el estudio.
En tanto, la primera y cuarta dosis de la vacuna de Moderna mostraron un riesgo incrementado de 1.7 y 2.6 veces, respectivamente.
El estudio también identificó un mayor riesgo de desarrollar el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno neurológico raro donde el sistema inmunológico ataca los nervios, entre las personas que recibieron la vacuna de AstraZeneca.
Posibles señales de seguridad para la mielitis transversa, una inflamación de la médula espinal, se identificaron después de las vacunas de vector viral, al igual que la encefalomielitis aguda diseminada, inflamación y hinchazón en el cerebro y la médula espinal, tras la administración de vacunas de vector viral y de ARNm, según los investigadores.
Expertos de GVDV en Nueva Zelanda, un brazo de investigación de la Organización Mundial de la Salud, examinaron 13 condiciones médicas que consideraron “eventos adversos de interés especial”, buscando identificar casos más elevados de lo esperado después de la vacunación.
Desde el inicio de la pandemia, se han administrado más de 13.5 mil millones de dosis en todo el mundo. Una pequeña proporción de los vacunados sufrió daños por las inyecciones, avivando el debate sobre los beneficios de las vacunas versus los riesgos.
¿Qué opinaron científicos y farmacéuticas?
La autora principal, Kristýna Faksová, del Departamento de Investigación Epidemiológica, Statens Serum Institut en Dinamarca, destacó que: “El tamaño de la población en este estudio aumentó la posibilidad de identificar señales de seguridad de vacunas potencialmente raras”.
Los sitios o regiones únicos es poco probable que tengan una población lo suficientemente grande como para detectar señales muy raras”, añadió.
Un experto ajeno al estudio afirmó que los beneficios de las vacunas superan los riesgos.
“Las probabilidades de todos estos eventos adversos todavía son mucho, mucho más altas cuando se está infectado con SARS-CoV-2 (COVID-19), por lo que vacunarse sigue siendo de lejos la opción más segura”, comentó Jacob Glanville, CEO de la empresa biotecnológica Centivaix, a Forbes.
El Dr. Marc Siegel, docente clínico de medicina en el Centro Médico Langone de la NYU, llegó a una conclusión paralela.
“El estudio masivo y la revisión de los datos revelan alguna asociación rara de las vacunas de ARNm y la miocarditis, especialmente después de la segunda dosis, así como una asociación entre las vacunas de vector de adenovirus Oxford Astra Zeneca y el síndrome de Guillain-Barré”, declaró Siegel a Fox News Digital, a pesar de no haber participado en el estudio.
“Pero estos riesgos son raros y otros estudios muestran que la vacuna reduce dramáticamente el riesgo de miocarditis por Covid en sí mismo”, agregó Siegel, señalando que todas las vacunas tienen efectos secundarios.
“Siempre se reduce a un análisis de riesgo/beneficio de lo que temes más: los efectos secundarios de la vacuna o el virus en sí, que puede tener efectos secundarios a largo plazo en términos de neblina cerebral, fatiga, tos y también problemas cardíacos”, dijo.
“Negar o exagerar los efectos secundarios de una vacuna no es una buena ciencia, ni subestimar los riesgos del virus, especialmente en grupos de alto riesgo”, comentó Siegel..
Pfizer comunicó al NY Post que, aunque no participó en este estudio, acoge con satisfacción la investigación independiente y el debate académico para avanzar en el estudio del Covid-19.
“La seguridad es una preocupación principal para todos nosotros y Pfizer y BioNTech toman muy en serio los informes de efectos secundarios potencialmente asociados con nuestra vacuna Covid-19″, afirmaron en el correo electrónico.
“Desde su autorización inicial para su uso en diciembre de 2020, la vacuna Covid-19 de Pfizer-BioNTech se ha administrado a más de 1.5 mil millones de personas, ha demostrado un perfil de seguridad favorable en todos los grupos de edad y ha ayudado a proteger contra los resultados graves de Covid-19, incluida la hospitalización y la muerte”, añadió la compañía.
Moderna y AstraZeneca no respondieron de manera inmediata a las solicitudes de comentarios.